viernes, 16 de diciembre de 2016

Artículo periodístico: El Mar de Aral

Todos nosotros hemos oído acerca de la destrucción del medio ambiente que los seres humanos estamos llevando a cabo con nuestras actividades, y a todos nos suenan, aunque sólo sea eso, términos como "calentamiento global", "deforestación", "desaparición de los casquetes polares" y un largo etc.

Sin embargo, uno de los mayores desastres medioambientales de los últimos 50 años, que casi nadie conoce, es, sin duda, la desaparición del Mar de Aral. Este "mar" no es tal cosa, se trata más bien de un lago endorreico (es decir, una masa de agua sin salida al mar) de agua salada o salobre. Se ubica en Asia central, entre los estados de Kazajistán, al norte, y Uzbekistán, al sur, y llegó a ser el cuarto lago más grande del mundo (el más grande era, y sigue siendo el Mar Caspio) con una superficie, en los años 60, de 68.000 kilómetros cuadrados, de los cuales en la actualidad apenas quedan pequeños vestigios.

Este desastre medioambiental tiene su origen en el año 1959, cuando el gobierno de la Unión Soviética, a la cual pertenecían las repúblicas uzbeka y kazaja, decidió desviar los dos grandes ríos que desembocaban en el mar, y que suponían la mayor parte de su suministro de agua, para utilizar sus recursos hídricos en plantaciones de algodón en las casi desérticas estepas de Asia central. Esto supuso la progresiva desecación del lago, que, privado de sus mayoritarios afluentes, fue víctima de la evaporación. En la imagen de abajo podemos apreciar la progresiva desaparición del lago, pero, es interesante fijarse en las dos ciudades costeras marcadas en el mapa, Aral al norte y Mo'ynoq al sur, y como la costa se aleja más y más de lo que no hace tanto tiempo eran dos ciudades portuarias.



En los últimos años , tras la separación de la masa de agua en dos partes, norte y sur (se aprecian en las tres últimas imágenes) se han probado algunas estrategias para intentar frenar el proceso. La más notable es la construcción de una presa enorme en el estrecho que separaba las dos partes, para mantener el agua en Aral norte, sacrificando el sur. A pesar de resultar en una mejoría (la costa pasó de estar a 100km de la ciudad de Aral a estarlo a 20), el proceso se ha estancado, y parece que el nivel del agua no aumenta.

En conclusión, debemos tomar conciencia de lo sucedido con el Mar de Aral, una maravilla natural, un enorme lago en medio del desierto, fuente de riquezas y sustento para los habitantes de la zona desde épocas milenarias, desaparecido por la acción egoísta del hombre, y intentar evitar que catástrofes como estas se repitan.

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